24
mar-2020
Un abogado “chatbot” en sentido estricto es un software de pregunta-respuesta o input-output: ante una entrada de información, el software ejecuta acciones predefinidas.
Segun nuestro socio de Cysae Javier Pascual, actualmente podemos encontrar tres tipos de chatbot:
1.- Los de primer filtro: actúan de tal forma que cuando le llega la consulta final al abogado, este ya cuenta con mucha información de antemano que el cliente le ha suministrado al chatbot, por ejemplo, el chatbot ha “analizado” la consulta del cliente y ha “deducido” que el asunto es, de lo más genérico a específico: 1) Derecho laboral, 2) Despido, 3) Comunidad de Madrid, 4) Grado de urgencia: 2, 5) Cuantía aproximada: >10.000€).
2.- De pregunta-respuesta simples. Estos empezarán con aspectos objetivos, como plazos (¿cuándo prescribe la acción para reclamar este daño?, ¿Cuánto dura el cargo de un administrador?), cantidades (¿a cuánto asciende la multa por circular a 180 km/h en autovía?, cual es el capital mínimo de una S.A.?) o sí/no (¿es legal ir con patinete por el parque del Retiro?, ¿puede hacer donaciones un menor de edad?).
3.- De generación de documentos con base en variables introducidas por el cliente. Estos ya se vienen ofreciendo desde hace años y normalmente comprenden documentos más o menos sencillos y fácilmente estandarizables como cartas de comunicación entre arrendatario y arrendador o proxys para asistencia a Juntas. El problema surge cuando pretenden abarcar contratos, como por ejemplo, de arras en la compraventa de inmueble o arrendamiento de vivienda. Introduciendo una serie de datos, el chatbot genera un documento final que puede ser el mismo (y sin errores humanos) que habría redactado un abogado, pero eso sí, un abogado que no se hubiese reunido nunca con su cliente, porque el chatbot no había introducido en el contrato ningún matiz, especialidad o peculiaridad importante para el cliente (por ejemplo, necesidad de acceder a la vivienda antes de la fecha de inicio) como sí lo hubiera hecho el abogado. Este tipo de chatbots nos sirven para agilizar el proceso de “producción” del contrato pero en ningún caso elimina, como sí los dos chatbot anteriores, la presencia y revisión del abogado experto.
¿Qué cosas no puede hacer, de momento un chatbot?
Sólo puede hacer lo que nuestro socio de legaltech Javier Pascual ha mencionado anteriormente, preguntas y respuestas sencillas y objetivas, o generar documentos simples. No puede interpretar, ni asesorar o aconsejar, no puede tener en cuenta aspectos muy subjetivos y sutiles, como los principios generales del derecho, la buena fe, el orden social. El Código Civil en distintos artículos emplea el criterio valorativo de “lo que haría un buen padre de familia”, y este es un ejemplo de muchos otros criterios valorativos esencialmente humanos.
¿Cuáles son las tres grandes ventajas de que mi abogado sea un ‘chatbot’?
Según Pedro Martín, director jurídico de Larrauri & Martí Abogados, Inmediatez (milésimas de segundo en la contestación), gratuidad en muchos casos, disponibilidad de 24 horas y objetividad y síntesis en las respuestas; a veces un cliente quiere respuestas directas y no que el abogado le explique la jurisprudencia sobre ese asunto en 1998.
En cualquier caso, no podemos dejar de advertirlo, aunque no sea un pregunta, que todavía hoy en día es muy peligroso que cualquier persona reciba recomendaciones jurídicas de un software. La probabilidad de error absoluto o imprecisiones es enorme.
Estas y otras cuestiones relativas al abogado chatbot se publican hoy en este artículo de Expansión en el que nuestros socios Javier Pacual de Cysae y Pedro Martín de Larrauri & Martí, han colaborado.